jueves, 21 de noviembre de 2019

Lautaro: el Arminio araucano

El gran toqui mapuche del siglo XVI

A Lautaro se le presume su nacimiento a principios del siglo XVI, en algún lugar de la actual provincia de Concepción en Chile, próximo a los primeros momentos de la llegada de Pedro de Valdivia, dos personajes de gran influencia mutua.

En los primeros enfrentamientos entre Valdivia y los araucanos, estos últimos resultaron derrotados, viéndose obligados a aceptar la presencia de los recién llegados a sus tierras.

Aparentemente la relación no era del todo mala, y las relaciones, por lo menos con los vencidos y contactados, se podrían considerar cordiales. Hasta el punto de que los nativos se alistaban en las tropas de Valdivia, para la continuación de la exploración y ampliación de dominios.

Este fue el caso de Lautaro, quien fue personal auxiliar de la tropas en batalla, y con el paso de tiempo llegó a ser paje personal de Pedro de Valdivia. Aunque también como una especie de tapadera complaciente para ocultar su odio personal hacia los conquistadores españoles.

Pedro de Valdivia versus Publio Quintilio Varo

Lautaro, cual Arminio andino, se fugó del campamento de Valdivia, y comienzó las hostilidades contra las tropas españolas. Consiguiendo victorias importantes, pues durante su tiempo de servicio a la Corona, había aprendido las técnicas militares europeas desde su interior.

Estos éxitos llevaron a que los loncos, en asamblea, le nombraran toqui, el máximo jefe militar de los araucanos. De de este modo se puso al frente de una una gran insurrección militar, con la que conseguiría su mayor éxito en combate.

El 25 de diciembre de 1553 durante la batalla de Tucapel, en una zona boscosa e intrincada, como se un nuevo bosque de Teutoburgo se tratara, aunque esta ocasión sin el legado Publio Quintilio Varo, las fuerzas araucanas comandadas por Lautaro hostigaron, combatieron y vencieron al ejercito de Valdivia, siendo éste hecho prisionero. Y posteriormente ejecutado, en contra de la opinión de Lautaro.

Cuatro años después de su mayor victoria, en las campañas que continuaron por la rebelión araucana, el campamento de Lautaro fue rodeado y tomado al asalto por las tropas capitaneadas por Francisco de Villagra. Siendo el gran toqui hecho prisionero y ejecutado.

Todo ello según el poema épico La Araucana, de Alonso de Ercilla, y los escritos de algún otro cronista.

La asamblea de loncos para la elección de toki

En El Hombre del Rey hay un momento en el que se convoca la asamblea de los loncos, con el objetivo de deliberar el nombramiento de un toqui que les guía, como caudillo militar, en la guerra en que se encuentran con el ejercito argentino.


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