Como mestiza no tiene cabida en la nueva sociedad, por lo que junto con su madre, ya fallecida, marchó de nuevo al poblado originario de aquella. Aunque sin renunciar a la Hacienda Villadeleste, donde todavía continúan pese a la presencia del ejercito, y de nuevos colonos, y hacendados, que se la han repartido.
Ailin, su nombre araucano, gracias a las enseñanzas de su madre, es buena conocedora de las costumbres y la cultura europea, y habla un perfecto español. Por lo que su relación con Esteban de Zubiaga es muy fluida y próxima desde el primer día en que coinciden en el punto de reabastecimiento militar. Relación que llevará a un apasionado romance entre ambos.
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